La Gestión Forestal Mejorada (IFM, por sus siglas en inglés) implica la implementación de prácticas para mejorar la salud, productividad y sostenibilidad de los ecosistemas forestales. Un aspecto crucial de la IFM es apoyar a las comunidades locales creando oportunidades económicas a través de prácticas forestales sostenibles. Sin la participación y el bienestar de estas comunidades, no es posible proteger y mantener los ecosistemas forestales. Las estrategias de IFM incluyen la tala selectiva, quemas controladas, reforestación y protección de áreas sensibles, todas ellas dirigidas a proporcionar incentivos financieros y recursos a las poblaciones locales, al mismo tiempo que se optimizan los beneficios ecológicos, económicos y sociales de los bosques.