Johnny Cashew está dedicado a revolucionar la industria del anacardo asegurando que todos los anacardos sean procesados en su país de origen, evitando así el transporte innecesario alrededor del mundo. Fundada con la misión de detener el "anacardo desviado", Johnny Cashew trabaja directamente con 450 agricultores certificados por Fairtrade en Tanzania. Su fábrica de pelado, Mama Cashew, proporciona ingresos seguros para más de 600 trabajadores locales, principalmente mujeres. Al localizar el proceso de pelado, reducen significativamente las emisiones de carbono y apoyan las economías locales.