En el corazón de Tabasco, una comunidad decidió no quedarse de brazos cruzados ante la pérdida de su ecosistema. Lo que inició como una respuesta local frente a un desastre ambiental, hoy es reconocido como un ejemplo de acción climática, restauración ecológica y organización comunitaria.
El proyecto Mangrove Restoration Mexico es mucho más que conservación: es una historia de lucha, identidad y esperanza.
Todo comenzó en 1975, cuando se creó oficialmente el Ejido Úrsulo Galván, ubicado en el municipio de Jalpa de Méndez. El gobierno mexicano otorgó en ese entonces más de 1,500 hectáreas a 33 ejidatarios, en su mayoría terrenos de humedales y zonas costeras. Con el tiempo, la superficie aumentó a casi 3,000 hectáreas, administradas colectivamente por 52 ejidatarios que asumieron la responsabilidad de cuidar y aprovechar sus recursos naturales de forma sostenible.
Durante años, los manglares prosperaron. Pero a mediados de los noventa, el equilibrio ecológico se rompió. La empresa estatal Pemex construyó ductos, caminos y represas que alteraron el flujo natural del agua. Algunas zonas se inundaron, otras se secaron. Más de 27 hectáreas de manglares murieron. Un ecosistema lleno de vida colapsó en cuestión de años.
Lejos de resignarse, la comunidad decidió actuar. Empezaron a informar sobre los daños ambientales, implementaron pequeñas acciones de restauración y buscaron apoyo institucional. A principios de los 2000, lograron acceder a recursos de la Comisión Nacional Forestal (CONAFOR) y de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT).
Fue un proceso largo y complicado. Pasaron casi 20 años para que llegaran más apoyos. Pero el trabajo constante dio frutos: con el tiempo, los ejidatarios lograron reintroducir mangle rojo (Rhizophora mangle), mangle blanco (Laguncularia racemosa) y mangle negro (Avicennia germinans) en las zonas degradadas. Poco a poco, el paisaje volvió a llenarse de vida.
El esfuerzo del Ejido Úrsulo Galván ha sido reconocido dentro y fuera de México. En 2016 recibieron el Premio Estatal de Ecología José Narciso Rovirosa. En 2021, fueron galardonados con el Premio Nacional al Mérito Forestal otorgado por CONAFOR, por su labor en la recuperación de la biodiversidad y el regreso de especies que se creían desaparecidas.
Además, en 2020, la ONU reconoció su modelo comunitario como una Acción basada en la naturaleza que promueve el desarrollo sostenible, destacando su relevancia global frente al cambio climático.
Con esta base sólida, surgió el proyecto Mangrove Restoration Mexico, impulsado por el Ejido Úrsulo Galván, la empresa técnica Ala-Bool SA de CV y FORLIANCE como desarrollador especializado en soluciones climáticas.
Actualmente, trabajan de manera conjunta en la restauración y manejo sostenible de 930 hectáreas de manglar, mediante actividades como saneamiento fitosanitario, mantenimiento de canales contra incendios y protección de hábitats clave.
El proyecto está certificado bajo el estándar internacional de la Climate Action Reserve (CAR), lo que garantiza resultados medibles en mitigación climática y bienestar comunitario.
Mangrove Restoration Mexico contribuye directamente a la captura de carbono a través de los manglares, ecosistemas de blue carbon con una capacidad de almacenamiento excepcional. Pero su impacto va más allá del clima:
Este proyecto demuestra lo que puede lograrse cuando el conocimiento local, la acción colectiva y los estándares técnicos se unen con una visión de largo plazo.
Mangrove Restoration Mexico no solo recupera manglares: recupera dignidad, tejido social y futuro.
MANTENTE ACTUALIZADO
ÚLTIMAS NOTICIAS Y PERSPECTIVAS