En 2007, el huracán Dean golpeó la península de Yucatán con vientos de más de 270 km/h, devastando miles de hectáreas de bosque en el ejido de Noh Bec. Los daños fueron severos: se perdieron grandes volúmenes de madera y amplias zonas del bosque quedaron vulnerables a incendios, plagas y tala ilegal. La comunidad respondió de inmediato: rescató la madera aprovechable, reforestó más de 150 hectáreas e invirtió en infraestructura y monitoreo forestal. Esa experiencia se convirtió en la base del Proyecto Península, una iniciativa climática diseñada para fortalecer la resiliencia del bosque y, al mismo tiempo, generar ingresos estables para las comunidades que lo manejan.
El XiCO₂e: Mexican Peninsula Forest Project, desarrollado formalmente en diciembre de 2021, reúne a los ejidos de Noh Bec y Naranjal Poniente. Ambas comunidades enfrentaban amenazas constantes por la tala ilegal y no regulada, y necesitaban una fuente de ingresos confiable y de largo plazo para mantener sus bosques.
Al incorporar prácticas de Improved Forest Management (IFM) bajo el estándar de la Climate Action Reserve (CAR) y el Mexico Forest Protocol Versión 3.0, el proyecto asegura una adicionalidad clara: sin financiamiento de carbono, no sería posible contar con un manejo sistemático, monitoreo constante y medidas de mitigación de riesgos de manera diaria.
Un día típico en el proyecto incluye a miembros de la comunidad y técnicos capacitados midiendo parcelas permanentes, realizando plantaciones selectivas de enriquecimiento y manteniendo brechas cortafuego en la temporada seca. El monitoreo de biodiversidad forma parte de la rutina: cámaras trampa y recorridos de campo registran especies clave como jaguares, tapires de Baird y monos araña.
Los ingresos por créditos de carbono financian estas actividades de manejo forestal y también respaldan programas de salud comunitaria, mantenimiento de caminos y mejoras en infraestructura, garantizando que la conservación sea económicamente viable y socialmente sostenible en toda el área del proyecto: 37,353 hectáreas.
Sobre esta base, el Peninsula Project implementa actividades adicionales que potencian la captura de carbono y mejoran la salud del bosque más allá del manejo convencional. Estas incluyen:
El proyecto también refuerza la prevención de incendios y la protección de los ecosistemas: brigadas locales capacitadas y ampliadas, mantenimiento de cientos de kilómetros de cortafuegos y sistemas de vigilancia que permiten detectar y prevenir la tala ilegal o brotes de plagas.
Tratamientos silvícolas como aclareo, limpieza y control de plagas mejoran las condiciones de crecimiento de los árboles remanentes y aumentan la productividad forestal. Todas estas acciones contribuyen a incrementar las reservas de carbono por encima de la línea base, asegurando un impacto climático real, medible y que no ocurriría bajo un manejo forestal convencional.
El valor del Peninsula Project radica en su especificidad: es un sistema forestal vivo, manejado y monitoreado de manera activa, donde el financiamiento de carbono permite resultados concretos y verificables. Garantiza la resiliencia del bosque frente a tormentas, tala ilegal y presiones ecológicas, al mismo tiempo que proporciona una base económica sólida para las comunidades locales.
Al adquirir créditos de carbono del XiCO₂e: Mexican Peninsula Forest Project, las empresas apoyan una iniciativa de alta integridad, con adicionalidad demostrada, resiliencia comprobada y un historial de manejo forestal comunitario basado en la ciencia — en una de las selvas tropicales más importantes de América.
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