Las emisiones derivadas del uso de la tierra en actividades agrícolas y forestales están cobrando una importancia cada vez mayor. Con reguladores, inversionistas y clientes exigiendo mayor transparencia, las empresas deben integrar estos aspectos en sus estrategias climáticas si quieren mantenerse competitivas y alineadas con los estándares internacionales.
La guía FLAG de la iniciativa Science Based Targets (SBTi) y la nueva Directiva de Reporte de Sostenibilidad Corporativa (CSRD) están marcando el camino hacia una medición más rigurosa y acciones más concretas. Sin embargo, muchas organizaciones aún enfrentan desafíos: desde la calidad de los datos hasta la claridad metodológica y la implementación práctica.
Las emisiones que ocurren en las etapas iniciales de la producción agrícola representan una parte considerable del alcance 3. Esto incluye emisiones por cambio de uso de suelo, manejo del terreno, fertilización, procesos del cultivo y también por la ganadería.
Abordarlas no solo ayuda a reducir riesgos, sino también a demostrar compromiso real con los objetivos climáticos.
Ignorarlas, por el contrario, puede poner en duda la credibilidad de sus metas de carbono neutro y dejar a su empresa mal preparada frente a futuras exigencias de reporte.
Medir correctamente las emisiones agrícolas requiere un enfoque flexible y adaptado al contexto local. Las prácticas agrícolas, las condiciones del terreno y la forma en que se estructuran las cadenas de suministro influyen directamente en los resultados. Muchas herramientas contables actuales no fueron diseñadas para capturar esta complejidad, lo que genera vacíos de información y dificulta la toma de decisiones.
Además, no todas las plataformas permiten detectar los principales puntos críticos de emisiones, lo que limita la capacidad de actuar de forma efectiva.
Si bien no existe una herramienta única que lo resuelva todo, cada vez hay más soluciones digitales que permiten integrar las emisiones del uso de la tierra en los inventarios corporativos.
También se están desarrollando sistemas que permiten recopilar datos más específicos a nivel de finca, lo cual abre la puerta a estrategias de reducción más personalizadas y efectivas.
A pesar de que algunos lineamientos aún están en desarrollo, no es necesario esperar. Las empresas pueden comenzar ya a construir una base sólida para su estrategia climática agrícola.
Aquí una hoja de ruta sencilla para avanzar paso a paso:
En FORLIANCE trabajamos con empresas para enfrentar estos desafíos de manera estratégica: desde el análisis de emisiones y definición de objetivos, hasta el desarrollo de proyectos e informes confiables.
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